Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

¿Hasta qué punto influye el frío en nuestra piel?

¿Qué ocurre en invierno?

El inicio del invierno supone bajadas bruscas de temperatura y otras agresiones para nuestra piel, en interiores la humedad del ambiente baja a causa de la calefacción y provoca la evaporación del agua de nuestra dermis. Esto puede producir sequedad, que afecta a los talones, rostro, piernas y pies. Para estos últimos, recomendamos utilizar un stick de talones agrietados o una crema hidratante específica.

La capa formada por células muertas aumenta, lo cual impide que la secreción sebácea llegue con facilidad a la superficie. Esto produce que la epidermis no se nutra y lubrique de manera natural dejando la piel seca y sensible.

Además, el frío ejerce una vasoconstricción de los capilares que hace más lenta la renovación celular. Por su contra los cambios bruscos de temperatura pueden hacer que surjan arañas vasculares o telangiectasias, comúnmente en las mejillas.

La cara y los labios son superficies muy sensibles al frío, que deberíamos hidratar con mayor insistencia utilizando cremas faciales, a poder ser, que no contengan alcohol, parabenos ni perfumes en su formulación. En el caso de los labios, es recomendable el uso de reparadores que regeneren la piel, y es mejor evitar la costumbre de humedecer los labios con la lengua.

Por otro lado, las manos son las más sufridas en invierno ya que están totalmente expuestas. Es recomendable el uso de guantes y cremas de efecto barrera, que eviten la formación de grietas y la pérdida de agua en nuestra piel.

Especialmente en zonas de nieve, dado que este elemento refleja hasta el 80% de la luz natural, es necesario utilizar protector solar factor 50+ en las zonas descubiertas para evitar quemaduras. Las quemaduras solares son incluso más molestas en esta época del año porque la piel dañada sufre más al exponerse a contrastes de temperatura.

Nuestra rutina diaria influye directamente en el estado de nuestra piel, que es nuestra barrera contra el exterior. El consumo de agua nutre la piel desde dentro y las duchas deben realizarse con agua templada y no más de una vez al día.

En resumen ¿Cómo afecta el frío a nuestra piel?

  • Pérdida de elasticidad
  • Sequedad
  • Grietas
  • Tirantez
  • Irritación
  • Rojeces
  • Descamación
  • Picor
¿Cómo podemos evitarlo?
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura
  • Evitar ducharse con agua muy caliente
  • Hidratar los labios después de beber y comer
  • Evitar el tabaco y el alcohol
  • Utilizar productos con pH neutro
  • Utilizar protector solar en cualquier época del año
  • Beber suficiente agua
  • Utilizar prendas de ropa de algodón o lana para una mejor transpiración
  • Aplicar crema hidratante con regularidad en rostro, cuerpo, pies y manos