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La piel sana es un indicador de calidad de vida para las personas mayores.

Nuestra piel, al igual que el resto de nuestros órganos, pierde capacidad de regeneración según vamos envejeciendo. A rasgos visibles podemos observar la aparición de arrugas, pero también disminuye notablemente su grosor y se produce una pérdida de grasa. Estos factores hacen que la piel de las personas mayores se mantenga generalmente seca y sensible.

Además, las personas ancianas que permanecen mucho tiempo encamadas tienen más problemas que hacen que la piel se irrite y tenga menor capacidad para actuar como barrera protectora, por ejemplo: factores como la humedad y la falta de transpirabilidad que se produce por el uso continuado de pañales, el sudor natural de la piel, el roce de los productos de sujeción mal colocados, la presión de mantenerse en la misma postura y la presencia de heces.

Cuando la función protectora de la piel se ve comprometida, se crea un ambiente favorable al crecimiento de hongos y bacterias, lo que puede llevar a su degradación, causando dolor, prurito o infección.

La importancia de la prevención: una buena higiene

La correcta higiene en personas mayores resulta imprescindible para mantener en buen estado la barrera cutánea. Es recomendable la toma del baño con ayudas como sillas de ducha o taburetes, que faciliten el correcto aseo. También se pueden utilizar esponjas con mango largo para limpiar correctamente zonas de difícil acceso para personas de edad avanzada.  

Además, debemos tener especial cuidado si utilizamos aceites corporales de limpieza para prevenir resbalones y caídas; en su lugar, podemos utilizar jabones con pH ácido 5,5 tipo syndet. No es necesario frotar con fuerza y se recomienda prestar más atención en los pliegues corporales de la piel, pies, axilas y zonas íntimas.

Para asear personas encamadas es más sencillo llevar a cabo esta tarea en la propia cama con la ayuda de esponjas jabonosas o toallas húmedas para adultos. En casos de mayores que presenten pieles muy secas (xerosis) y realicen poca actividad física sería aconsejable reducir la frecuencia del aseo corporal a 3-4 veces por semana.

Cuidado de la piel de personas con incontinencia de orina

Las personas con incontinencia de orina que usan diariamente absorbentes necesitan un cuidado más riguroso. Se recomienda cambiar el pañal frecuentemente para evitar irritaciones de la piel al mantenerse en contacto directo con la orina y las heces, limpiando rigurosamente la zona y asegurándose de que el secado es eficiente. Una vez que la zona perineal y la piel de las nalgas estén limpias, secas y libres de humedad, es recomendable aplicar una capa fina de crema barrera o pasta al agua con óxido de zinc antes de proceder a la colocación de un nuevo absorbente de incontinencia, para prevenir la dermatitis del pañal.  Nosotros recomendamos la crema Skintegrity de MoliCare, que cuenta con neutralizador de olor y favorece la regeneración de la piel o la crema protectora y reparadora de Addermis biActiv.

Hidratación corporal

La hidratación corporal es imprescindible para evitar la formación de úlceras por presión o escaras. Después de la higiene diaria, sería conveniente emplear cremas corporales con sustancias emolientes (como urea, ceramidas, ácido láctico, ácido hialurónico, alantoína…) para evitar la deshidratación.

En pacientes encamados o que deban permanecer largos periodos de tiempo sentados, es necesario utilizar productos más específicos que hidraten y cuiden la piel como el aceite Corpitol, la colocación de cojines viscoelasticos y colchones antiescaras que eviten o traten la formación de las úlceras por presión.  En estas personas mayores la prevención se vuelve sumamente importante ya que aumenta la calidad de vida.